Se invita a l@s interesad@s de apartar la cuarta semana de octubre para el Congreso Nacional de la Ciencia de la Maleza, a celebrarse del 22-26 de octubre de 2018 en la ciudad de Aguascalientes, Ags.
jueves, 15 de marzo de 2018
martes, 13 de marzo de 2018
Las plantas acuáticas mexicanas
Hace poco salió la buena noticia que se publicó la segunda parte de una flora de las plantas acuáticas que hay en México. Mientras el primero tomo, sobre monocotiledoneas, solo hay impreso hasta ahora (ojalá que pronto también en formato electrónico), este nuevo tomo, que es el primero que abarca las dicotiledoneas, está solo en pdf. Lo pueden bajar aquí.
Es una flora científica, principalmente con texto y dirigido a botánicos, no tanto al público en general. Contiene descripciones de los géneros, claves (que también sirven para descripción) y para cada especie un apartado sobre hábitat, distribución y otras observaciones. Se citan algunos ejemplares de herbario.
El tomo de más de 300 páginas abarca 213 especies de las siguientes familias: Apiaceae, Brassicaceae, Cabombaceae, Callitrichaceae, Campanulaceae, Caryophyllaceae, Ceratophyllaceae, Convolvulaceae, Crassulaceae, Droseraceae, Elatinaceae, Euphorbiaceae, Gentianaceae, Haloragaceae, Lentibulariaceae, Menyanthaceae, Nelumbonaceae, Nymphaeaceae, Onagraceae, Phyllantaceae, Plantaginaceae, Podostemaceae, Polygonaceae, Portulacaceae, Rubiaceae, Saururaceae, Scrophulariaceae, Solanaceae, Sphenocleaceae y Verbenaceae.
No tiene tantas ilustraciones como algunas personas quizas quiseran, pero teniendo clave, uno debe llegar a la especie. Aquí les pongo, como ejemplo, el tratamiento del género Rorippa.
Referencia:
Lot, A., ed. (2017) Plantas acuáticas mexicanas. Una contribución a la Flora de México. Volumen II, Dicotiledóneas, Parte 1. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Biología. Ciudad de México, México.
Para leer más:
Dos nuevos libros sobre plantas acuáticas
Es una flora científica, principalmente con texto y dirigido a botánicos, no tanto al público en general. Contiene descripciones de los géneros, claves (que también sirven para descripción) y para cada especie un apartado sobre hábitat, distribución y otras observaciones. Se citan algunos ejemplares de herbario.
El tomo de más de 300 páginas abarca 213 especies de las siguientes familias: Apiaceae, Brassicaceae, Cabombaceae, Callitrichaceae, Campanulaceae, Caryophyllaceae, Ceratophyllaceae, Convolvulaceae, Crassulaceae, Droseraceae, Elatinaceae, Euphorbiaceae, Gentianaceae, Haloragaceae, Lentibulariaceae, Menyanthaceae, Nelumbonaceae, Nymphaeaceae, Onagraceae, Phyllantaceae, Plantaginaceae, Podostemaceae, Polygonaceae, Portulacaceae, Rubiaceae, Saururaceae, Scrophulariaceae, Solanaceae, Sphenocleaceae y Verbenaceae.
No tiene tantas ilustraciones como algunas personas quizas quiseran, pero teniendo clave, uno debe llegar a la especie. Aquí les pongo, como ejemplo, el tratamiento del género Rorippa.
Referencia:
Lot, A., ed. (2017) Plantas acuáticas mexicanas. Una contribución a la Flora de México. Volumen II, Dicotiledóneas, Parte 1. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Biología. Ciudad de México, México.
Para leer más:
Dos nuevos libros sobre plantas acuáticas
lunes, 12 de marzo de 2018
Herramientas para académic@s: medios sociales
Espero que la hibernación de mis blogs ya terminó; se debió a las demandas del trabajo que para mí siempre son más altos en enero-febrero. Vamos a iniciar con un artículo de hace unos años que examina el valor de los medios sociales para científicos.
Recomienda pensar bien antes de iniciar en a) con quién quieres hablar, b) sobre qué, y finalmente c) cuánto tiempo quieres invertir. Además, vale la pena familiarizarse con algunas características de los diferentes medios. Por ejemplo, blogs, incluyendo los viejos, se pueden encontrar a través de búsquedas (así llega la mayoría de los usuarios a Jehuite y Cuexcomate). En contraste, Twitter ofrece una discusión prácticamente en vivo, pero los mensajes quedan visible durante un tiempo corto y no aparecen en búsquedas.
Me gustó esta gráfica que resume unos de los aspectos importantes para tomar una decisión sobre el tipo de medio a usar.
Primero: ¿Con quién quieres hablar? ¿Con tus colegas que no leen blogs? ¿Con tus colegas jóvenes que tienen sus propios blogs y un montón de seguidores en Twitter? ¿Con el público en general (o más bien esta minoría que lee sobre temas científicas en internet)?
Luego: ¿Sobre qué quieres hablar? ¿Quieres promover un tema? ¿Te sientes solito con tus intereses y quieres encontrar a gente que se emociona igual como tú sobre un tema? ¿Consideras que anda tanta información por allí en el internet, pero todo disperso?
Según el caso, quieres crear contenido, hacer una comunidad o curar información.
Luego: ¿Cuánto tiempo tienes para invertir? (ninguno, dirán muchos, ya estoy hasta el cuello). Pues compartir posts en Facebook no cuesta mucho tiempo, tampoco escribir una contribución ocasional para un blog ya establecido como invitado. Si tienes un poco más tiempo, puedes andar en Twitter o Pinterest. Y si eres masoquista (chupa-vida pero extrañamente satisfactorio, dice la gráfica) inicias tu propio blog ...
Referencia
Bik, H. M. y M. C. Goldstein (2013) An introduction to social media for scientists. PLoS Biol 11(4): e1001535. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.1001535
Recomienda pensar bien antes de iniciar en a) con quién quieres hablar, b) sobre qué, y finalmente c) cuánto tiempo quieres invertir. Además, vale la pena familiarizarse con algunas características de los diferentes medios. Por ejemplo, blogs, incluyendo los viejos, se pueden encontrar a través de búsquedas (así llega la mayoría de los usuarios a Jehuite y Cuexcomate). En contraste, Twitter ofrece una discusión prácticamente en vivo, pero los mensajes quedan visible durante un tiempo corto y no aparecen en búsquedas.
Me gustó esta gráfica que resume unos de los aspectos importantes para tomar una decisión sobre el tipo de medio a usar.
Primero: ¿Con quién quieres hablar? ¿Con tus colegas que no leen blogs? ¿Con tus colegas jóvenes que tienen sus propios blogs y un montón de seguidores en Twitter? ¿Con el público en general (o más bien esta minoría que lee sobre temas científicas en internet)?
Luego: ¿Sobre qué quieres hablar? ¿Quieres promover un tema? ¿Te sientes solito con tus intereses y quieres encontrar a gente que se emociona igual como tú sobre un tema? ¿Consideras que anda tanta información por allí en el internet, pero todo disperso?
Según el caso, quieres crear contenido, hacer una comunidad o curar información.
Luego: ¿Cuánto tiempo tienes para invertir? (ninguno, dirán muchos, ya estoy hasta el cuello). Pues compartir posts en Facebook no cuesta mucho tiempo, tampoco escribir una contribución ocasional para un blog ya establecido como invitado. Si tienes un poco más tiempo, puedes andar en Twitter o Pinterest. Y si eres masoquista (chupa-vida pero extrañamente satisfactorio, dice la gráfica) inicias tu propio blog ...
Referencia
Bik, H. M. y M. C. Goldstein (2013) An introduction to social media for scientists. PLoS Biol 11(4): e1001535. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.1001535