El pasto kikuyu, Pennisetum clandestinum, como invasora

El pasto kikuyo dominando las orillas de parcelas cerca de Nanacamilpa, Tlaxcala. 15 de marzo de 2008.

El sábado antepasado mis estudiantes de los cursos de Etnobotánica y Botánica Económica y yo fuimos a una salida de campo a Tlaxcala para observar la elaboración de pulque. En la primera parada en un rancho cerca de Nanacamilpa estuvimos platicando sobre varios asuntos con los dueños. La señora de la casa observó que desde hace 10-15 años, el pasto kikuyu (Pennisetum clandestinum) se ha estado extendiendo a lo largo de los orillas de las parcelas. Éstas orillas sirven como terrazas y son el espacio que ocupan los magueyes pulqueros, en este caso Agave salmiana.

El pasto kikuyo más de cerca.

Ahora el pasto domina a tal grado, que ya desaparecieron muchas plantas nativas y antes comunes, que prosperaban en estos sitios moderadamente perturbados. Por ejemplo, se tiene que cultivar el árnica (Heterotheca inuloides), una planta medicinal común en México, en el jardín; antes era abundante en los alrededores.

El árnica (Heterotheca inuloides) en el jardín de una casa rural.

Esta aseveración concuerda con observaciones mías a lo largo de los últimos 20 años: antes las orillas de las parcelas en los valles del centro de México eran dominados por una gran variedad de pastos y hierbas nativas, y hoy predomina este pasto exótico invasor.

Una orilla de parcela en San Juan Quetzalcoapan, Tlaxcala, en 1997 (con Cosmos bipinnatus, Bidens odorata, Simsia amplexicaulis, varios pastos, Buddleja cordata y Agava salmiana).